oraciones para difuntos

Palabras para un difunto

“Depositad este cuerpo mío en cualquier sitio, sin que os de pena. Sólo os pido que dondequiera que estés, os acordéis de mí ante el altar del Señor”
(Palabras de Santa Mónica en su lecho de muerte.)


 

Oracion para difuntos que están en el purgatorio

Oh, buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio.
Oh, Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos y por tu Misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito Amor. Amén.

 

Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu Luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la Misericordia de Dios descansen en paz. Amén.


 

Oracion para difuntos en su aniversario

señor jesus acoge con bondad a nuestros seres queridos que han llegado a la meta de su caminar por esta vida con la esperanza de verse contigo en el cielo.
señor ya son tuyos, ya te pertenecen…. en tu infinita misericordia perdónales sus culpas para que gocen para siempre de la vida que has prometido a todos los que creen en ti ……. amen.


 

Oracion para difuntos abuelos 

oh misericordioso señor, te pedimos que concedas el descanso eterno a nuestros seres queridos abuelitos difuntos y brille siempre para ellos la luz de tu gloria que no tiene fin. Que con tus ángeles y santos te alaben eternamente y a nosotros nos des el consuelo por su ausencia. Amen

Suba nuestra oración a tu presencia, Señor, y que la alegría eterna acoja a nuestro hermano N. Tú que lo creaste a tu imagen y lo hiciste tu hijo de adopción por el bautismo, concédele ahora entrar en posesión de la herencia prometida. Por Jesucristo nuestro Señor.


Oracion para los fieles difuntos

Señor, nuestra vida es corta y frágil; la muerte que contemplamos hoy nos lo recuerda. Pero tú vives eternamente, y tu amor es más fuerte que la muerte. Llenos, pues, de confianza, ponemos en tus manos a nuestro hermano (nuestra hermana) N., que acaba de dejarnos. Perdónale sus faltas y acógelo (acógela) en tu reino, para que viva feliz en tu presencia por los siglos de los siglos.

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